Pasadas las 08:00 horas del día 18 de noviembre de 2023, sale, desde la plaza de la Torre dels Vents, un bus con 44 senderistas rumbo a l’Espluga de Francolí para iniciar su camino hasta el santuario del Tallat. Inaugura el tramo ampliado de la autovía A-7, puesto en servicio el 23 del pasado mes de octubre permitiendo el nuevo trazado salvar la sierra de Miramar, especialmente, gracias al túnel del Coll de Lilla, de casi 1,5 km, acortando así el tramo. La niebla nos sorprenderá, al salir por la boca norte, y nos acompañará un buen tramo.
Llegados al punto de inicio desembarcamos y con el habitual ánimo iniciamos la andadura por un camino de tierra, llano y amplio. Rodeados por campos perfectamente labrados, formando figuras geométricas, entre los que resaltaban algunos viñedos. Y al poco a nuestra izquierda observamos a unos payeses vareando con máquinas eléctricas los olivos cuyos frutos caen sobre las redes asentadas en tierra y que serán transformados, nunca mejor dicho, en oro líquido por su especial color y dado el actual precio del aceite.
El camino se torna una elevación hasta llegar a un punto donde el grado es mayor con la dificultad añadida que se estrecha y en el centro hay un surco que apenas permite introducir el pie por lo que hay que subir por uno de los laterales aunque alguno lo hace a horcajadas entre estos, a modo del lomo de un equino. Curiosamente cierra este pequeño tramo un grupo de piedras colocadas a modo de reducida plataforma. Ahora el surco se bifurca en dos y finalmente desaparece en la configuración de la misma tierra.
Cruza el camino la carretera que va de Blancafort a Els Omells de na Gaia, donde llega un coche conducido por Jordi y acompañado de María Teresa y Montse. Ellas se quedan para participar con el grupo continuando por un camino amplio alternado por tierra y asfalto.
Llegados a lo alto del cerro, a 786 m de altitud, se vislumbra por fin la edificación del santuario de la Mare de Déu del Tallat. Desde el s.XII hay constancia de una antigua torre de defensa a la que en 1354 está documentado el adosado de una iglesia, de estilo gótico tardío. En 1509, el monasterio de Poblet interviene creando un priorato, nombre derivado del eclesiástico responsable, es decir, el prior. La desamortización (1.822) del trienio liberal (1820-1823) de reducción de Órdenes y subasta de monasterios hizo que pasase a propiedad privada. La imagen de la virgen se trasladó a la parroquia de Rocallaura y algunos elementos arquitectónicos se trasladan al castillo de Santa Florentina en Canet de Mar y al Palacio Maricel de Sitges, entre otros. La edificación fue objeto de vandalismo. En los últimos años ha habido un proceso de restauración que no está completado.
Se observa desde el exterior, a pesar de no tener almenas, la apariencia de un monasterio fortaleza. Se accede por una gran portalada cuyas dos hojas están abiertas de par en par y una vez en el interior, es de planta rectangular y carente de cualquier tipo de cubierta, está a cielo abierto. Destaca un pequeño espacio en la zona del acceso y otro también reducido a la derecha. A la izquierda un edificio restaurado en más de una ocasión y con cristales en sus ventanales.
Frente por frente a la puerta por la que se accede se encuentra el edificio de culto, de obra nueva que a falta de una fachada de piedra su frontal está cubierto por cristal lo que permite su visión desde el exterior.
La mirada se dirige al altar muy sencillo con dos plantas que añaden la hermosura de un verde muy vivo.
No hay retablo sino un frontal de madera y centrada con el altar una pequeña imagen de la Virgen con el niño, ambos negros, pero no porque sea su color original, sino por el transcurso de los años, aunque se trata de una reproducción del original, soportada en un pie adosado a la pared y en su parte frontal un espíritu santo dorado. Rodeándola una corona con los rayos extendidos.
Coronan la zona central las iniciales de María Madre de Dios, custodiadas por dos querubines.
Las capillas laterales con las paredes en gules, una de ellas con un sencillo y pequeño Jesús crucificado.
En las capillas partiendo y finalizando en las paredes opuestas hay unas bandas en azur dispuestas en diagonal en las que hay “estrellas” de 4 y 8 puntas y en el punto más elevado un roel leonado en cuyo centro se encuentra un cordero y la leyenda “Anell de Déu”, es decir el cordero pascual, que representa a Jesús sacrificado por los pecados de los hombres. Y separando las inscripciones 4 flor de Lis.
Al costado derecho del altar hay una lápida de la tumba, según la inscripción, de “Mn. Francesc Bonet Marimon, 1933 – 2013, restaurador e impulsor del Santuari de la Mare de Deu del Tallat.” Es decir han transcurrido 10 años desde su fallecimiento y el haber sido enterrado allí es un reconocimiento a su labor restauradora.
Una claraboya sustituye una cubierta de obra y permite la entrada de luz natural lo que no hace necesaria la iluminación artificial.
Una vez visitado el santuario un foto de familia en el centro del patio y retornamos descendiendo al cruce con la carretera. Iñaki y Fina caminan a modo de marcha atlética con un ritmo muy gracioso al que sólo falta un poco de música. El bus está esperando para trasladar a los caminantes al restaurante Vallbona Café.
47 comensales completan las mesas. Nos atienden muy cordialmente, distribuyendo los primeros, segundos y los postres, finalizando con un café que cerrará la comida, agradeciendo el buen trato recibido.
De nuevo al bus y el movimiento añadido al resultado de una buena comida crean una excelente combinación para una siesta de la que despertaremos una vez llegados a Tarragona cuando ya ha oscurecido.
Recogida de las mochilas y despedidas, con un hasta la próxima salida y recordando que el día 15 l’Associació celebra la Navidad con una misa en el santuario de El Loreto y una posterior cena fría. Donde se ofrece la oportunidad de felicitar las Navidades y el próximo año que se aproxima, una vez más se ha disfrutado de una excelente jornada jacobea.
Buen Camino.
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