Sábado 30 de noviembre de 2024, Circular del Mas de Figueres Un reguero de coches particulares, ocupados por los senderistas, circulan por el último tramo de la C-37 llegando a Pont d’Armentera, donde después de casi completar la travesía de la localidad llegan a un punto donde, a mano izquierda, una señal indica la dirección a Selmella, que corresponde a la TV-2141, por la que continúan. Se trata de un tramo muy estrecho pues no permite circular dos vehículos al mismo tiempo en sentido contrario, después de haber recorrido 4,2 km, giran a la izquierda por un camino de tierra y se detienen al llegar al estacionamiento del Mas de Figueres.
Al mismo llegan también Tamí y 5 inmigrantes que habían sido invitados por la Associació. Tami fue la guía del Camino aragonés en la salida anual que organiza la Associació y por su savoir faire dejó un excelente recuerdo, por lo que este año a la hora de concertar con la agencia de viajes el Camino Inglés se interesó que fuese ella la guía, a pesar de no formar parte de la plantilla de la empresa, pues ejerce como free lance. Está estudiando algo relacionado con Trabajo Social y los fines de semana como prácticas se hacen cargo del grupo de inmigrantes. Hay que decir que los cinco están realizando cursos de formación profesional y hablan castellano.
A las 09:00 horas, hora prevista para iniciar la circular, faltaba una persona y se procede a llamarla telefónicamente, y difícilmente puede contestar puesto que tenía una fuerte afección gripal desde el día anterior. Llega el momento de la foto inicial de familia y después de la pose, se inicia la salida por una cuesta de tierra y estos van a ser los dos condicionantes de esta salida las constantes subidas y bajadas y los caminos de tierra.
En un espacio amplio se produce un reagrupamiento y se aprovecha para hacer una segunda foto de los senderistas. El paisaje que nos acompaña es extraordinario con unas vistas que sólo una ligera bruma no permite alcanzar a la lejanía como evidencian las fotografías. El clima para estar a un paso de finalizar el mes de noviembre es excepcional. La lluvia de los últimos días ha dejado charcos durante el recorrido y en una elevación un gran charco, algo así, casi, como un “lago” que hay que bordear. Se observan restos de una antigua edificación que se corresponden con el castillo de Selmella, ubicado en el término municipal de Pont d’Armentera. Para llegar a él hay que pasar por un tramo donde la vegetación apenas permite el paso forzado de los senderistas, hay un pequeño pasadizo que conduce al interior y a continuación “escalar” por las piedras y tierra para llegar a la cima de la colina del mismo nombre, 831 metros de altitud, desde donde se domina la zona, razón de las construcciones militares, la vigilancia y a la vez el difícil acceso para su mejor defensa. Se hallaron restos de un poblado ibero, de la edad del bronce, y también de haber formado parte de una fortificación en la edad del hierro. Hay constancia documentada de la fortaleza en el siglo XI, y desde el siglo XII al inicio del XIX perteneció a diferentes familias nobles, aunque las labores de las tierras eran supervisadas por el priorato de Santes Creus.
El espacio permite hacer una parada, con un descanso y el tentempié, donde se comparten, entre otros, frutos secos. Los invitados a los que desde el primer momento se les ha recibido amistosamente, entablan conversaciones con los senderistas, tras reponer fuerzas viene el descenso y es en ese momento cuando donde antes había que escalar ahora hay que descender y es ahí cuando interviene el grupo de jóvenes, ayudando a los senderistas evitando caídas debido a la diferencia de niveles y escasos puntos de apoyo.
Al llegar al camino de tierra, se acerca, al parecer, un lugareño que va con tres canes, dos de ellos sujetos y el tercero se mueve libremente, aunque todos ellos no dan muestra de peligrosidad. Al poco, casi a nuestro paso, una arcada como si fuera el arco de acceso a una gruta, y en realidad es la Font de l’Hort de Mas Seguer, de la que no mana agua.
El camino a pesar de los ascensos y descensos, se ha ido haciendo cómodo y una de las posibles razones es que sea de tierra en su casi totalidad. Un nuevo ascenso que se culmina en el Coll de les Agulles, que se encuentra a 768 metros de altitud, y que separa, curiosamente, dos pueblos y dos comarcas, Querol de la comarca de l’Alt Camp y Pontils de la comarca de la Conca de Barberà. Desde el mismo podemos observar otra fortaleza, se trata del castillo de Saburella.
Superado el Coll de les Agulles, se desciende hasta llegar al sendero que conduce hasta el castillo, momento en el que se propone a los senderistas si alguien quiere llegar hasta el castillo. En este punto se considera que es la mitad del recorrido de esta salida circular e ir hasta la fortificación supone recorrer una distancia de un kilómetros y medio de ida y otra tanto el regreso, es decir tres kilómetros más al recorrido propuesto para esta ruta circular. Un grupo de 10 comandando por Otfried se decide por ir, mientras que el resto dirigido por Lluís continua con la ruta establecida dirigiéndose hasta el punto de salida.
Al ser un grupo más reducido el tramo hasta los restos de la edificación es más rápido y máxime al coincidir con el descenso. Durante el recorrido ya se va observando la construcción de la que destacan las tres torres, como curiosidad ninguna de ellas mantiene la misma altura original. Una que destaca sobre las otras y que da la apariencia de mantenerse casi a la altura del momento de su construcción, una segunda que no alcanza ni la mitad de la altura de la anterior y la última que apenas sobrepasa algo más de dos de metros desde la base que esta a 683 metros de altitud. Ubicado en el término municipal de Querol, con escasos antecedentes de su construcción que está en los siglos XII y XIII, y relacionado con el castillo de Selmella, si bien no formaba parte de la marca hispánica.
Inician el descenso por la parte opuesta al ascenso y llegan frente al mas de Cal Batllet, que no se encuentra ocupado por sus propietarios y se desconoce quiénes son sus actuales moradores. Una vez alcanzada la TV-2141, en este final de tramo es camino de tierra durante poco más de medio kilómetro y a partir de esa distancia se tornará en la carretera asfaltada que conducirá al Mas de Figueres donde ya se encuentra el otro grupo y que los estaba esperando para trasladarse al restaurante La Sort, donde está previsto comer.
Tras estacionar en el parking, en la terraza del establecimiento ya hay un par de mesas con senderistas que conforme van llegando se dirigen a la barra para pedir un refresco y sentarse a la mesa, mientras un reducido grupo de féminas desciende por la calle de La Sort, donde está ubicado el restaurante y se acercan a una zona que bien pudiera ser un mirador con una barandilla de madera en la que el suelo está completamente cubierto de hojas de los plataneros allí plantados. Les llama poderosamente la atención que la inmensa mayoría de las hojas con el color propio que da el otoño, están, a pesar de haber caído al suelo, totalmente limpias. Recogen unas cuantas pues este tipo de hoja, por el color que presentan tal cual o pintadas con purpurina de color plateado o dorado son un buen elemento decorativo en las fiestas navideñas.
A la hora de entrar en el restaurant, Tami y sus cinco acompañantes que han participado en la actividad y el aperitivo, se despiden muy cordialmente para regresar. Los senderistas cuyo número era de 30, se ven incrementados en 5 más que no habiendo participado en el recorrido, si lo harán en la comida, entre los llegados, está Santi, que alegra verle, pues no había participado en las actividades más recientes.
En esta ocasión la distribución en el comedor es de cinco mesas redondas, una vez sentados, van sirviendo los platos para compartir, con un ambiente muy animado que finaliza con los cafés. Como se acercan las fiestas navideñas las despedidas son en algunos casos porque van a estar ausentes y no van a poder acudir a la fiesta de Navidad que se celebrará el día 20 de diciembre, con una misa en el santuario de nuestra señora del Loreto, oficiada por el Padre Mario, nuestro consiliario, el canto del Cor Jove de la Schola Cantorum dels Amics de la Catedral, dirigidos por la también senderista Ana Mateu Morello y al finalizar cena fría en la sala de los Padres Rogacionistas.
Al ir a salir del restaurante en una mesa pequeña colocada en una esquina un pequeño pero hermoso nacimiento compuesto por La Virgen María, San José, el niño Jesús y dando calor el asno y el buey, y a su lado tres cirios gruesos de escaso tamaño pintados con colores brillantes tan tradicionales en estas fiestas y para no olvidarnos que estamos en un restaurante una copa en la que hay una servilleta, un nacimiento muy emotivo y original.
Los senderistas arrancan sus coches para regresar a casa después de haber tenido una jornada de convivencia jacobea que día a día se va afianzando más. Quisiera agradecer a Otfried y Araceli la información que me han facilitado, pues sin su ayuda no la habría podido completar.
Buen Camino.
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