El día 16 de diciembre de 2023, a las 10:00 horas 22 senderistas que se habían desplazado en sus vehículos particulares se concentran en la rotonda del Molí del Rovellat de La Selva del Camp. Antes de iniciar la salida foto de familia.
Los primeros pasos por la calle dels Molins asfaltada y cuesta arriba. Pronto se torna en tierra y se estrecha, como será en la mayor parte del recortido. Se observa un gran abandono del campo, no hay apenas tierra cultivada y quedará absorbido como zona boscosa, salvo el espacio del sendero.
Seguimos ascendiendo levemente hasta llegar al Camí del Rec donde el paso sólo está permitido a los senderistas, mediante cortes del sendero con pasos de madera que impiden el paso a motocicletas y bicicletas.
Ahora tenemos un nuevo tramo que se ensancha y nuevamente hasta llegar a un punto que por su estrechamiento y haber un espacio de caída de encuentra protegido por una barandilla de madera. Hasta llegar al Pont Sec que pudiera haber sido construido en el s.XIII por el que transitamos por su parte superior y tras un breve recorrido unas escaleras de tierra protegidas por traviesas de madera.
A la derecha la carretera, es un Guadiana que se acerca y se aleja desde la atalaya de nuestro camino, en este caso más alejada de un terreno por donde ha pasado el tractor o motocultor.
De la diestra a la siniestra donde hay todavía por quemar la “pampa” u hojarasca de los avellanos, terreno que se encuentra vallado con una tela metálica de las utilizadas en los antiguos gallineros que ofrece poca resistencia con una curiosa puerta puesto que al igual que la valla no alcanza el metro de altura. Una tablilla con el nombre científico Corylus avellana que es la avellana común al pie de un avellano para dar a conocerlo.
Ahora escaleras de grava protegidas por obra con piedras que nos conduce a una zona de descanso donde hay mesas y se aprovecha para tomar un tentempié.
El Pont Alt, conocido como “Pont dels moros” de mayor altura que el Sec y que permitía el paso del agua de un lado al otro.
Nueva tablilla con el nombre Erica arbórea que es el nombre del Brezo arbóreo.
Llega ahora el momento simpático del sendero, antes de iniciar el descenso hasta una pasarela hay un “tíó” que se quedará helado como tenga que esperar a la Nochebuena.
La pasarela permite pasar por un finísimo hilo de agua que es lo un único que recorre el rec.
Tras un amplio recorrido ascendente hay un puente y una posterior pasarela que tiene un cable en la roca para sujetarse. Nuevamente pasarela y ahora Otfried nuestro avezado Capitán nos hace una fotografía de familia con todos en la pasarela y Santi el primero en descender por la escalera.
Nuevamente tramo de tierra y cañas, fruto de la humedad del Rec aunque a profundidad. El recorrido realizado previamente finalizaba en este punto, pero Lluís hizo una posterior salida y continuó por el sendero menos recorrido hasta llegar al “Pantanet”, por lo que se continúa hasta llegar al mismo. Es conocido como el “Pantano de los moros”, que se inició su construcción en 1739 con el fin de obtener un beneficio económico vendiendo el agua y se tuvo que parar dejando inacabada la obra en 1741 por razones económicas, en este caso por el elevado deficit.
Aprovechamos para un pequeño descanso y foto de familia. Iniciando así el camino de regreso por el mismo sendero. Según el marcador de Otfried un recorrido de 9,3 km en el que se invirtieron 3 h 23 m, incluidas las paradas.
Nos despedimos de los 6 que no se quedaban a comer y nos dirigimos al restaurante l’ermita de la Paret Delgada, donde ya estuvimos el 6 de noviembre de 2021 al finalizar la primera etapa del Camino de Tarragona a la Selva.
Nos habían dispuesto una mesa imperial a la que nos sentamos 18, contando con las incorporaciones de Carme y Joaquin el marido de Pilar. Primeros platos a compartir, segundos y postre, rematado con café habiendo disfrutado con un relajado ambiente.
Al finalizar la comida pedimos ver la ermita, pues algunos no la habían visitado.
Durante el recorrido del Camí del Rec, Francesc París comentó que el padre de un amigo suyo cuando tenía 11 años estuvo en la ermita que había sido quemada y entre los restos se encontró un cristo sin la cruz de madera y los brazos retorcidos del calor del incendio y el rastro del humo. Lo cogió como un objeto más de los que se encuentran sin ningún otro sentido y lo guardó en la mesita de noche. Pasados unos años se casó y dejó la casa familiar. Al fallecer los padres y recoger los enseres se encontró el cristo y con su mujer fue a visitar la ermita ahora totalmente restaurada con sus pinturas y dejo el cristo sobre la mesa después de 60 años había vuelto el cristo, sin la cruz y los brazos retorcidos, a su casa, la ermita, en junio de 1998.
La entrada en la ermita después de la explicación de Francesc fue poder observar el cristo con los brazos retorcidos que se encuentra en el pasillo opuesto a la entrada, dentro del mismo ábside que de no saberlo no lo hubiéramos podido detectar. Está enmarcado junto con un texto de la persona que encontró el cristo y con los años lo devolvió, que merece ser leído. En la prolongación del pasillo había un exvoto en cerámica en el que un matrimonio de Barcelona, el dia 23 de febrero de 1958, teniendo a su hijo gravemente ñenfermo invocaron fervorosamente a la Virgen de la Paret Delgada, al día siguiente dió sintomas de mejoría hasta que se restableció totalmente. Resaltar la belleza de la Virgen con el Cuerpo de Jesús una vez descendido de la cruz.
Hay un elemento que no se debe dejar de lado y es que el faristol está formado por un pie de acero inoxidable y está rematado por un capitel.
En la anterior visita ya expuse datos acerca de la ermita que siempre es digna de visitar.
Y finalmente nos despedimos después de una jornada senderista muy estimulante y en vísperas de la Navidad.
Buen Camino!!!
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